Monday, May 23, 2011

Cómo no perder una buena oportunidad de negocio

Cómo no perder una buena oportunidad de negocio

Cómo no perder una buena oportunidad de negocio

Las oportunidades se pierden por varios motivos. Entre los más importantes están la falta de observación, la falta de intuición y la falta de percepción de señales claves. También podemos nombrar que la forma en que una idea es propuesta a eventuales socios puede resultar en la pérdida de una oportunidad de negocio.

A continuación, un resumen de los efectos de la última situación.

La “puerta fría”

Se basa en el hecho de presentarse ante el potencial socio sin previo aviso, lo que genera  impresiones negativas en la otra persona: falta de respeto o exceso de confianza, desorganización, falta de empatía y, como efecto de eso, desconfianza. 

Propuesta poco innovadora

Si una conversación directa o a través del teléfono no crea expectativas interesantes, el riesgo es que nuestra propuesta no despierte el suficiente interés y caiga en el olvido. Para evitar esto es importante prepararse previamente, organizar los puntos clave que pueden motivar a la otra persona, en tanto los presentemos desde la perspectiva de su interés y no del nuestro. Temas que deben considerarse o ser incluidos son: novedad, diferenciación, potencial, ganancias, etc.

Desconocer la competencia

Si al presentar nuestra idea no conocemos las condiciones del mercado y de la competencia difícilmente se pueden tener suficientes elementos convincentes ante las preguntas de nuestro socio potencial. El conocer esta información posibilita tener fuertes argumentos que crean un sentido de confianza y seguridad. 

Inseguridad en la exposición

Puede ocurrir que los nervios puedan jugarnos una mala pasada al momento de presentar la idea o el proyecto. Eso es humano y normal. Hay que aceptar el miedo, entenderlo y sobrepasarlo. ¿De qué manera? Remitiéndose a los documentos, datos, cuadros, presentaciones, etc. que hemos preparado para la reunión. Poco a poco la influencia del miedo va desapareciendo ya que nos trasladamos desde una posición emocional hacia una posición que se concentra en los temas de manera objetiva. Cuando esta situación se presenta, cabe visualizar mentalmente cómo se fue plasmando la idea, qué trabajos se realizaron para concretarla, qué argumentos son los más relevantes y qué es lo que me entusiasma del proyecto y por qué creo en él. Naturalmente, este sentido de “energía positiva” debe ser transmitido a  nuestro interlocutor.

Los tiros al aire

A veces se podría pensar que no se pierde nada si se hace una aproximación sin la suficiente preparación. Esto no es así y, por el contrario, tiene un efecto más negativo si la persona a la que vamos a presentar la propuesta es alguien a quien no conocemos de manera cercana.

Otros errores que deben evitarse

Presentar las ideas sin suficiente información.
Transmitir inseguridad sobre el proyecto.
Hablar ambiguamente o con frialdad.
Dar una “clase” a la persona que nos escucha.
Provocar una sensación de superioridad o de vanidad.
Hablar permanentemente de uno mismo. 
No tener disposición a escuchar.
No responder con precisión a las inquietudes.
Temer reconocer que no se conoce un detalle específico

Con estos antecedentes, cabe que nos hagamos la pregunta: ¿cómo debo presentar mi proyecto para conseguir un equipo de socios convencidos y entusiastas?

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